Periódicamente, la compañía McMahon ejerce de casa de acogida para luchadores que o bien no contaron con un justo trato durante su estancia allí, o bien no se encuentran pasando por un momento de jauja. John Morrison supuso un ejemplo que se adscribe al primer grupo, y del otro, conocimos la noticia de que Sylvain Grenier ahora comenzará a trabajar de agente. Y un servidor siempre se ha mostrado crítico con la moral de WWE, pero en este sentido, Vince McMahon demuestra que bajo su coraza de implacable hombre de negocios, a veces guarda un ser humano.
Pero sin quiere confundir al lector con un tono equívoco del siguiente artículo, doy paso al arsenal. A tenor de las dos décadas que acaban de concluir, les presento una relación de Superestrellas que durante estos años fueron a todas luces infrautilizados.
► John Morrison y el “Underrated Club”
Christian

Qué decir de mi primer mencionado. Desde las típicas McMahonadas del “Chairman” de WWE, a una etapa en TNA que parece nunca fue perdonada, “Captain Charisma” sólo gozó de un par de reinados poco sustanciosos del extinto Campeonato Mundial de Peso Completo (entonces título secundario de la empresa) en ocho años de trayectoria individual. Todo, a pesar de ser durante un par de años, bajo su segunda etapa, uno de los técnicos más respaldados por el público.
Gail Kim

Ya retirada, Kim no deja de señalar el mal uso que a cada dos pasos hace McMahonlandia de sus talentos. Un reflejo de lo que ella tuvo que soportar de parte de las oficinas de Hartford, cuando luego de ganar el Campeonato Femenil WWE, fue despedida dentro de una política de reducción de costos allá por 2003, ante su prescindibilidad de cara al inminente término “Diva” que iba a implementarse. Un ejemplo tal vez similar al de Morrison: Kim estuvo en el momento equivocado dentro de una compañía que a excepción de muy puntuales casos, no daba prioridad a la calidad luchística de sus competidoras.
Mr. Kennedy

Aunque no me gusten las comparaciones, si hubo rasgos de un nuevo The Rock tras la marcha a Hollywood de “The Great One”, un servidor los vio en su momento sobre Kennedy. Y rechazo los símiles porque el hoy gladiador de NWA poseía unos avatares característicos (recuerden aquel micrófono que bajaba hacia el ring) que le otorgaban una identidad propia. Bajo una entrevista en 2010, Kennedy afirmó que Randy Orton fue el causante de su despido, tras una supuesta advertencia de “The Viper” a Vince McMahon acerca de la peligrosidad de su desempeño sobre el ring. Con los tótems de WWE hemos topado.
MVP

La representación afroamericana en WWE, obviando Booker T, nunca ha contado en estas últimas dos décadas con una Superestrella del carisma y el notable desempeño técnico de Montel Vontavious Porter. Recuerdo que incluso supo ir de tú a tú contra Chris Benoit en la rivalidad que ambos mantuvieron en torno al Campeonato de Estados Unidos. Pero MVP tenía madera para más que una correa de medio cartel, y como otros de los nombres incluidos en esta lista, WWE no supo o quizás no quiso impulsarlo como una estrella, llevándolo al bando técnico en un movimiento muy poco oportuno.
John Morrison

Tal vez se corone en su primer combate de PPV una vez regresó el pasado mes a WWE, pero con 40 primaveras ya cumplidas, poco cabe esperarse de su segunda etapa en la casa que lo encumbró… a medias. Morrison respondía a la definición de “paquete completo” (en el sentido positivo del término), pero sus empleadores apostaron por The Miz. Una decisión que, al menos, con el tiempo no lució tan desacertada, pues “The A-Lister” ha demostrado ser un entretenedor de primera. Sin embargo, WWE nunca manejó bien la presentación de Morrison más allá de hacerlo ver como un gran talento sobre el ring.
Dean Ambrose

¿Y si el ahora Jon Moxley hubiese sido “The Guy” en WWE? Esto planteé bajo un artículo el pasado julio, y seis meses después, se hace evidente que la condición estelar del ex-Shield siempre estuvo ahí. Una decisión, argumenté, ciertamente ilógica, si nos basamos en el hecho de que Vince busca al luchador más carismático de cada generación como estandarte de su compañía, cuando del trío de “The Hounds of Justice”, Ambrose era (y sigue siendo) el de mayor personalidad, a pesar del tono PG.