La siempre acogedora Arena Azteca Budokan fue el marco para el festejo de los 30 años de que se permitió a la mujer luchar en la Capital de la República, y aunque el evento se realizó en el Estado de México, la fiesta estuvo llena de sonrisas, alegría, cariño, emociones, nostalgia y muchas emociones.
Cuatro generaciones de luchadoras estuvieron presentes y entre ellas se coronó a una nueva campeona, también hubo mil momentos memorables, y viejas rencillas estuvieron a flor de piel. Y aunque sólo hubo cuatro luchas, el evento duró más de tres horas, donde todos los presentes gozaron tanto de la presencia de las leyendas de la lucha femenil, como ellas mismas consiguieron recordar su pasado exitoso. Todas lucían una gran sonrisa, recordando el pasado que por una tarde se volvió presente.
Aunque las organizadoras fueron Tania la Guerrillera, Esther Moreno y Lola González, el estandarte de la función fue doña Irma González, quien a sus 79 años fue la delicia de todos, incluso, cuando el mariachi llegó a tocar las mañanitas para las presentes, doña Irma pidió cantar «Si nos dejan», con ayuda de todos los presentes. También estuvo presente otro pilar de la lucha femenil en nuestro país, (y como no iba a estar presente, si es su Arena) la famosa güerita, doña Esther León de Moreno, quién celebró con todos los presentes, incluidas sus cuatro hijas luchadoras.
Muchas de las mujeres que han dado su vida por la lucha libre estuvieron presentes: Selene, Vicky Carranza, India Sioux Sra., La Marquesa, La Misteriosa, Reina Gallegos, Irmita Aguilar, Martha Villalobos y muchas más estuvieron presentes para ver a sus compañeras arriesgar el físico.
En el primer encuentro de la noche, se disputó el Campeonato Internacional de la Arena Azteca Budokan Dinastía Moreno, donde seis amazonas hicieron lo posible para ganar el cinturón en un lucha estilo gauntlet, empezó Dulce Queen y Sexy Pólvora, quien se impuso, después continuó Guerrillera, quien con su peso sacó ventaja y eliminó a Pólvora, tocó entrar a La Hielera, quien con colmillo y mucha voluntad ganó. Sabiendo la talla de Hielera, las dos últimas en entrar decidieron entrar juntas, así, la lucha se convirtió en triangular enfrentándose una veracruzana, una tapatía y una mexiquense: Jarochita, La Magnífica y La Hielera. La lucha tomó mejor ritmo y se convirtió en muy interensante, las dos primeras decidieron unir fuerzas y rindieron a Hielera con un combo de «A caballo» y «cangrejo». Al final, quedaron las dos ganadoras de ¿Quién pinta para la Corona?, y la hija de Gran Cochisse logró demostrar que por sus venas corre una de las mejores escuelas de lucha libre del país, apuntándose la victoria de manera notable. Entregaron el cinturón Esther, Rossy y Alda Moreno.
Después, en una suerte de combinación de veteranas y no tanto, tuvieron turno La Venus, La Chola, Migala y La Briosa contra Princesita Dorada, Flor Metálica, Linda Star y Krazy Star. El duelo tuvo más ganas que méritos luchísticos, sin embargo logró que la gente estuviera gritando durante lo que duró el encuentro. Fueron Venus y compañía las que consiguieron el triunfo.
La mejor lucha de la noche fue el duelo internacional entre Esther Moreno, Lady Apache y La Hechicera contra la nipona Mima Shimoda, la chilena Stephania Vaquer y Miss Janeth. El duelo fue movido y recordó muchas de las luchas que hace más de dos décadas dieron en la Arena México Mima y Esther, sin embargo el duelo principal fue entre la propia Esther y Vaquer. Las nacionales se llevaron el triunfo. Pero las seis dejaron un buen de boca.
El turno estelar llegaba y con ello volvimos a ver Cinthia Moreno haciendo equipo con Lola González y La Sirenita contra la fierecilla Rossy Moreno, Tania la Guerrillera y La Diabólica. La lucha fue divertida y llena de nostalgia, muchos de los presentes revivieron aquellos duelos que tan populares hicieron a La Sirenita y a Lola a finales de los ochentas y principios de los noventas. Al final, entre complicidad del réferi, las técnicas se apuntaron el combate.
Más allá de lo luchístico, la importancia del evento radicó en el simple hecho de que las mujeres gladiadoras están ahí, siguen teniendo las ganas y la voluntad de demostrar que pueden hacer las cosas por ellas mismas, y que les guste o no les guste a las empresas importantes, ellas son y seguirán siendo unas verdaderas LUCHADORAS.