El estado de Florida siempre ha sido sinónimo de lucha libre profesional, hoy es NXT, pero antes de eso fue FCW, y antes de ello fue terreno de la NWA conocido como Championship Wrestling from Florida, donde el promotor, y también luchador, Eddie Graham (miembro del Salón de la Fama WWE) marcó un antes y un después en la historia de la lucha libre estadounidense lanzando a la fama a muchas estrellas que después ascenderían al plano nacional e internacional. La lista es grande, pero destacan Bob Orton Jr., Mike Rotunda, Barry Windham, Terry y Dory Funk, Dusty Rhodes y los hermanos Jack y Jerry Brisco.
Éste último fue entrevistado recientemente por Paul Guzzo del Tampa Bay Times y recordó varias anécdotas de su pasado tanto en WWE, como en sus tiempos mozos de gladiador bajo la batuta de Graham y al lado de esa generación de figuras en ascenso. Aquí una parte de lo comentado:
De su paso como asistente de Vince McMahon en la Attitude Era:
«Me encantó. Yo tenía 55 años y conseguir tiempo en televisión y convertirse en una estrella de nuevo para una generación diferente con un personaje divertido fue genial. Pat Patterson, en cambio, en un principio lo odiaba.
«Solía decirle a Pat que él y yo trabajamos 25 años para ser considerado luchadores de fiar, pero vamos a pasar a la historia como los secuaces de McMahon. Se ponía loco y me decía: «no digas eso».
«Ahora él también disfruta de los recuerdos.»
Guzzo preguntó sobre si hay forma de relacionar a Graham y a McMahon, Brisco contestó:
«Me gustaría llamarlos muy creativos, por lo que los mejores talentos querían trabajar con ellos. Eddie tenía una de las áreas de más éxito en todos los Estados Unidos. El nivel de talento aquí fue increíble: Dusty Rhodes, los Funks, Don Muraco. Algunos chicos que trabajan en primeras luchas eranestrellas en otras áreas.
«Vince, después, llevó a los mejores talentos de todas las áreas: Valentine, Slaughter, Piper, Hogan, Harley Race. Una vez más, tendría que los estelares en otros lados no tenían las principales luchas de las funciones.
«Pero Eddie no era tan organizado y sistemático con los objetivos a largo plazo como McMahon. Creo que eso es lo que los separa.»
Pide el periodista un recuerdo de Dusty Rhodes, el sexagenario gladiador recuerda las ambiciones artísticas del llamado «American Dream»:
«Solíamos ir al Salón Imperial de Tampa en Avenida Armenia todo el tiempo, y Dusty gustaba de subirse al escenario y cantar. Tenía una canción, Johnny B. Goode, que cantaba con la banda local. Él tenía una audiencia de fanáticos de la lucha. Cantaba horrible, pero le decían que era el más grande, por lo que se pensó que era como un rockstar.
«Nos hicimos buenos amigos de Willie Nelson, y Willie invitaba a Dusty a subir al escenario para cantar con él, y Willie nos decía en secreto «Dios, Dusty canta horrible.»
«Una vez estábamos bebiendo en el Imperial y Dusty dijo: «Voy a alquilar la sala de armas de Tampa y daré un concierto. Apuesto a que puedo conseguir 5,000 personas.» Bueno, tal vez fueron cerca de 125 personas, pero Dusty lo hace de todos modos.
«Por lo que un grupo de nosotros los luchadores estábamos detrás del escenario con un poco de cerveza fría y Don Muraco, un tipo de 330 libras de Hawai, estaba totalmente perdido. Todo lo que se supone que debíamos hacer era salir al escenario y unirnos durante Johnny B. Goode. Don Muraco empieza a gritar, no a cantar. Varios agentes de seguridad tuvieron que subirse al escenario y para conseguir sacar a Muraco fuera del escenario.
«Cuando el espectáculo había terminado, no hubo nada de utilidades, al contrario le costó a Dusty $ 5.000 hacer el concierto, pero él había cumplido uno de sus sueños de su vida.»
Le inquieren sobre la leyenda urbana de André el Gigante y su resistencia al alcohol, Jerry recuerda:
«Hay una gran cantidad de historias locas sobre André que he escuchado que son falsas, pero la mayoría son verdaderas, especialmente las que tienen que ver con su forma de beber.
«André me preguntaba como conseguir seis botellas de vino Mateus y hielo en el pueblo. Bebería todo eso antes de subir al ring y nadie podía decir nada de eso.
«Una noche en Sarasota, Andre estaba viajando con nosotros. Así que paramos y compramos dos cartones de cerveza. En el momento en que llegamos al Tahitian Inn en Dale Mabry, los dos cartones estaban completamente secos.
«Fue uno de los tipos más agradables, pero he vi a muchos idiotas en bares de todo el país que lo desafían, y con un pequeño empujón los dejaba a 10 pies de distancia.»