Gennady Golovkin noqueó en su vuelta al boxeo luego de su descanso de 9 meses.
Tras la pelea contra Canelo Álvarez, pasó casi en el anonimato ese periodo. Sólo hasta diciembre se supo que firmaría con DAZN. Luego, poco antes de su pelea con Rolls anunció su separación de Abel Sánchez, el entrenador que lo encumbró como campeón indiscutible de peso mediano.
A veces hay relaciones que ya no dan para más. Se fue con Jonathon Banks, quien fuera entrenador de Wladimir Klitschko.
Según dijo, llegaría con un estilo más revolucionado ante Rolls. Lo que sí quedó claro es que necesitará mucho más que eso si quiere la tercera con Canelo. No me lo tomen a mal, se le vio decidido y con mucho poder, con a expresión letal que lo caracteriza, pero sí se le notó el óxido.
Sucede que, sigue con una precisión muy buena, que su conteo de golpes es la óptima para su estilo de pelea. Lo que sí le hizo falta fue el manejo de la distancia, porque absorbió muchos golpes que pudo haberse quitado si hubiera estado a la distancia correcta.
Rolls, por su parte, demostró que si bien estaba preparado físicamente, no lo estaba estratégicamente para Golovkin.
Desaprovechó la ventaja que le daba el jab que le conectó a Golovkin todas las veces. Sus combinaciones no fueron muy largas, no variadas. Eso le salió caro porque le dio espacio a Golovkin de salir de su rango de ataque con slides.
Fue ahí donde Golovkin le ganó pasos, golpes y la posición indicada para hacerlo retroceder. Ya en el cuarto round, Golovkin le conectó un gancho al cuerpo que estremeció a Rolls. Aunque trató de disimular, el daño estaba hecho.
Entonces Golovkin aprovechó, metió un recto de derecha y luego un híbrido entre volado y gancho que le entró en la pura quijada.
Rolls se fue al piso y a pesar de que trató de levantarse, no logró hacerlo en condiciones para mantener el combate.
Gennady Golovkin noqueó a Steve Rolls, ha regresado a la senda del nocaut y pide a Canelo.