Falleció El Engendro, veterano rudo de El Toreo

La lucha libre mexicana de nueva cuenta está de luto, falleció el luchador Raúl Mayo, mejor conocido como El Engendro, quien  fue un digno representante rudo en la época del Toreo de Cuatro Caminos.

Nacido en Villahermosa, Tabasco, comenzó su vida en la lucha libre en la Ciudad de Chetumal, Quintana Roo en 1976. Pero desde temprana edad fue atrapado por el deporte cuando vivía en Acapulco, al conocer a varios de los gladiadores que visitaban el puerto.

Pasó por varias arenas del país, incluyendo el Toreo de Cuatro Caminos, donde el 3 de Febrero de 1991 perdió la máscara ante el Villano IV. Ahí también conquistó el Campeonato de Tercias al lado de Scorpio Jr.Shu el Guerrero.

El Engendro con máscara.
El Engendro con máscara.

Además en su paso por la Cueva de los Independientes le quitó el Campeonato Mundial Semicompleto UWA al Gran Hamada.

El Engendro vs. Gran Hamada
El Engendro derrotó a Gran Hamada en El Toreo el 12 de septiembre de 1993, quitándole el Campeonato Mundial de Peso Semicompleto UWA.

Realizó varias giras durante su carrera por la República Mexica y fue parte de UWA, incluso llegó a la entonces Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL); en los últimos años de su carrera estuvo participando en diferentes arenas de Jalisco donde apoyó a varios jóvenes..

En SÚPER LUCHAS #430 (12 de septiembre de 2011), el compañero Humberto Gutiérrez «El Rayito», tuvo la oportunidad de entrevistarlo y platicar de él de varios temas, desde sus ídolos hasta la lucha libre en ese momento. Aquí te presentamos los momentos más destacados.

– ¿Quiénes eran tus ídolos de pequeño?

“Algunos fueron El Solitario, Dr. Wagner y Rayo de Jalisco, quienes se volvieron ejemplo y motivación”.

– ¿Qué opinas de los buenos elementos que, por una u otra cosa, no salen de sus arenas?

El elemento que se siente luchador no puede serlo en una sola arena. Espero que cambien su manera de pensar, pues es mediocre el que no busca salir de su arena, y desde mi punto de vista siempre será un luchador mediocre, y lo digo sin ofender a nadie, sólo es una crítica constructiva esperando que cambien su manera de pensar y crezcan luchísticamente. Hay que salir, demostrar en diferentes plazas y ciudades quién eres o qué portas”.

– ¿Qué crees que haga falta para que estos jóvenes pongan pies en la tierra?

“Tal vez una persona que se tenga suficiente interés en transmitir lo que se enseñaba antes, sin permitir tanto salto, como ahora. Hay que reconocer que tiene su grado de dificultad. Es espectacular, pero la transición de la lucha libre no solamente es vuelo o acrobacia. Tiene algo de lucha grecorromana, intercolegial y olímpica, que se tienen que volver finalmente una sola: la lucha libre. Ojalá los nuevos valores tomaran esto en cuenta. He visto compañeros que tienen cuatro o cinco años y se acaban; una pena para ellos, pues son elementos que pueden durar muchos años. Tal vez El Engendro tuvo la misma equivocación, pues también fui técnico siete años y viví las glorias de serlo, pero alguien me comentó esto y me volví rudo. Capté el comentario y aquí estoy”.

El Engendro vs. Centella
El Engendro vs. Centella (9 de abril de 2010) | Foto: Humberto Gutiérrez.

– Hace poco se comentó que los luchadores deberían tener educación y estar preparados, a pesar de tener una situación económica difícil…

“Difiero un poco, pero estoy de acuerdo en que sean luchadores que tengan hambre de gloria y crecimiento en su vida, pues aquel a quien le sobra el dinero no tiene la misma hambre de aquel al que le falta. Yo le digo a los jóvenes que tengan cuidado con algunos seudo-maestros o vayan con alguien que realmente pueda enseñarles y no les robe su dinero. Siempre he dicho que explotar al compañero que va empezando es lo peor que hay”.

– ¿Has dado clases como maestro?

“En algunas ocasiones. Por falta de tiempo no he podido dedicarme a eso al cien por ciento, pero es algo que me gustaría hacer y estoy en planes para dar clases en el Coloso Gym, ya les avisaremos de eso. Imposibles no ha habido ninguno. Hace muchos años me prometí luchar en la Arena México, en El Toreo de Cuatro Caminos, y ambas cosas las logré. Debuté en 1985, en la México como California King, al lado de Súper Maquina y Sangre Chicana, contra Lizmark, Atlantis y Kiss. La grilla existe y muchas veces no deja avanzar a un elemento en una empresa; existe en todos los ámbitos donde se da entrenamiento de lucha libre. Siempre ha existido el celo y querer ser el mejor, pero se desvían en la manera correcta de hacerlo, adulando y de otras formas. Así es como llegan al estrellato, y eso me parece deshonesto, pues atrás de ellos quedan jóvenes que pudieron ser excelentes luchadores”.

El Engendro vs. Apocalipsis
El Engendro vs. Apocalipsis (2 de julio de 2010) | Foto: Humberto Gutiérrez.

– Háblanos de tu llegada al Toreo de Cuatro Caminos…

“Después de haber pisado la México, me retiré debido a una lesión. Cuando regresé conseguí mi segundo sueño: ingresar al Toreo de Cuatro Caminos, diestramente manejado entonces por el señor Carlos Máynez y Esperanza Flores. Llegué a esta plaza por medio de Panchito ‘Tamba’, quien me ayudó a presentarme como El Engendro. Luego me enviaron a Japón y a otros lugares donde El Engendro creció luchísticamente. Incluso la pérdida de mi máscara ante Villano IV, en lugar de una tumba, se convirtió en una catapulta para mí”.

– Ahora háblanos de Zandokán (Arturo Carrillo)…

Llegué a Guadalajara gracias a Zandokán, con quien inicié una amistad durante mi época en El Toreo. Nos tocó enfrentarnos en varias partes de la República, pero cuando llegué a México me apoyó, me brindó toda su ayuda y me invitó a venir a Guadalajara, donde luché en la Arena Jalisco. Esa amistad duró hasta que Dios lo llamó, una semana antes de que me fuera a luchar tres meses a Guatemala. Convivimos un rato y fuimos a un bar a ver una variedad con el Coque Muñiz. Esa fue la última vez que lo vi. No había entonces medios para comunicarse como ahora, y cuando regresé traté de localizarlo antes que a nadie. Fue precisamente Alex Romano quien me lo dijo. Fue muy impactante para mí (llora). Desgraciadamente son cosas que se quedan conmigo. Cada vez que me acuerdo me traiciona el sentimiento. Él me dejó una esquela y yo perdí a un amigo… Es una de las pérdidas más grandes que he tenido. Se han ido muchos compañeros con quienes he compartido mucho, como Ángel Blanco, El Solitario y Oro, con quien luché días antes de su muerte. De ellos puedo hablar, pero no tan profundamente como de Arturo. Los años han pasado y todavía no lo asimilo. Todo esto es parte de lo que Dios reserva para uno.

Tras alejarse de los reflectores y las grandes giras, se mudó a Jalisco, donde siguió trabajando por varios años, donde además apoyó a algunos luchadores locales, especialmente con consejos; siendo recordado gratamente por varios de los gladiadores de las actuales generaciones.

LA LUCHA SIGUE...
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