Falleció Chacho Herodes, leyenda de la lucha libre mexicana

Otro duro golpe para la lucha libre profesional. A tan solo horas de que se confirmara el deceso de Sombra Vengadora, tristemente debemos reportar aquí en SÚPER LUCHAS que en las últimas horas se produjo también el fallecimiento de uno de los rudos más importantes en la historia de la lucha libre mexicana: Víctor Manuel Góngora Cisneros Herodes, a sus 69 años de edad. 

► Falleció Chacho Herodes, un rudo de hueso colorado

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Nació un 23 de diciembre de 1950 en Marfa, Texas, aunque desde muy pequeño, a los 2 años, empezó a vivir en Monclova, Coahuila, en donde comenzó una vida dedicada al mundo del espectáculo a muy temprana edad. Herodes tenía la doble nacionalidad.

Desde los 9 años fue un niño torero gracias al torero cómico Goyo Martínez, quien le enseñó ese oficio. Llegó a presentarse hasta en la Monumental Plaza de Toros de Monterrey, Nuevo León, junto con varios muchachos parte de la rutina de don Goyo.

Al mismo tiempo, ayudaba a su padre en una tienda de abarrotes y en su taller mecánico, pues su padre les inculcó que si querían salir adelante en la vida, tenían que trabajar desde muy pequeños en distintos oficios. Aunque en una de las tantas entrevistas con SÚPER LUCHAS, dijo que tal vez su padre presentía su muerte y por eso les enseñó a ganarse el pan tan pequeños.

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Y es que no tuvo mucho tiempo para jugar. A los 12 años, su papá falleció y Víctor Góngora entró en una profunda depresión, ahogando su tristeza en el mundo del alcohol. La muerte de su padre lo afectó, hizo que dejara de importarle la vida y solamente vivía para beber y bebía para vivir.

A los 13 años, y tras múltiples corneadas, especialmente una de 20 centímetros en una de sus piernas, se retiró del toreo porque engordó por sus malos hábitos y su vida siguió hacia abajo como una bola de nueve. Se la pasaba de fiesta en fiesta, o «de panchangas», como le gustaba describirlo. Y acababa con lo que estuviera en frente. Se volvía violento y escudado en el alcohol, desahogaba su ira y rabia con la vida por la temprana pérdida de su mentor y padre, y cuenta que mantenía 3 o 4 días a la semana en la cárcel porque armaba broncas a cada rato.

Todo parecía perdido para él, hasta que empezó a entrar lucha libre y eso lo ayudó a canalizar su energía y sus frustraciones. Fue, irónicamente, su carácter fuerte y de peleonero el que lo hizo llegar al ring.

Como contó en entrevista:

«Cuando andaba en lo de niño torero pasaba cerca de donde entrenaban los luchadores de Monclova, que en esa entonces aprendían a luchar con maestros americanos que venían a las carpas de circo a luchar, porque en esa época de que te hablo la lucha era un acto circense.

«Uno de esos días que regresaba de la toreada, pasé y me burlé de ellos; y entonces fue que me retaron a meterme a entrenar… La verdad es que me pusieron una chinga que hasta calentura me dio. Al principio nomás por puro orgullo y coraje regresé a entrenar para aprender.

«Ellos, cada uno a su manera, me acercaron a descubrir la lucha libre y me enseñaron algunas cosas, realmente aprendí de todos».

Herodes
Foto: Luis Juvera.

Posteriormente, se entrenó con Antonio Cruz y con don Cuauhtémoc «Diablo» Velasco. Debutó como El Rebelde Góngora, qué nombre mas acertado, aunque pronto pasó a llamarse el Gran Góngora. Y lucho por arenas chicas de Colima, Tecomán y Guadalajara, en donde precisamente se convirtió en Herodes cuando los buscadores de talento de la Arena Coliseo lo invitaron a una prueba.

Al principio, parecía que habría problemas porque querían quitarle su larga cabellera, pero recordó que en una hoja que vio en un servicio postal hablaban de Herodes el Grande, y propuso que ese fuera su nombre de ring.

Debutó junto a Judas, haciendo la pareja Judas y Herodes, y desde entonces solo compitió en luchas estrellas o semifinales, a excepción de unas cuantas ocasiones en la Arena México, Japón y Estados Unidos. Y es que esa es otra historia, porque gracias a la lucha libre, este jovencito campesino y problemático, llegó a viajar a una gran cantidad de países. Estuvo en Japón, pasó por Corea del Sur, Francia, Tailandia, India, Singapur, Pakistán, Guatemala, Arabia Saudita, Brasil, e incluso Colombia, y toda la Unión Americana.

Luchó contra los grandes: Santo, Blue Demon, Rusher Kimura, Huracán Ramírez e incluso André el Gigante.

Herodes vs. André el Gigante

Y aunque dice que muchos colegas no se la llevaban con él, él trataba de hacerlos sus amigos. Ayudó a muchos luchadores como Jerry Estrada e incluso a LA Park, quien también venía de Monclova. A muchos les llevaba a entrenar a la Arena México y él les pagaba hotel, gimnasio y comida.

Llegó a luchar también como El Boricua. Ganó 34 cabelleras, la más fácil, según él, la de Enrique Vera en la Arena México. Fue Campeón Nacional de Peso Completo tras derrotar a Cien Caras en 1983 y Campeón Mundial Completo Jr. NWA en 1982 al derrotar a Edgar Echeverría en Guatemala.

Retirado en 2010, luchó más de 4 décadas. Participó en algunas películas. Y tuvo 17 hijos, con 8 mujeres distintas, pues dice que pudo tener a las mejores y más bellas mujeres a lo largo del mundo. Uno de ellos ya fallecido, lo que lo afectó mucho e incluso llegó a pedirle a Dios que lo llevara para estar con él. En el mundo de la lucha libre están Máquina Asesina, El Coyote y Herodes Jr., quien fue quien comunicó la noticia a través de su Facebook.

Herodes Falleció Chacho Herodes
Foto: Luis Juvera Falleció Chacho Herodes

Aunque soy famoso por odiar a los niños, a estos les aconsejo que jamás se dejen llevar por los vicios y que mejor sigan el camino del deporte», decía don Chacho.

Desde SÚPER LUCHAS nos unimos al sentimiento de dolor y tristeza por su partida. Deseamos que su alma descansen en paz. 

LA LUCHA SIGUE...
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