Hace 8 años, en un día como hoy, el 16 de febrero del 2007, en su función de gala de aquel viernes, la Arena México presentó la lucha por el Campeonato Mundial de Tríos CMLL, en la que Los Perros del Mal: Hijo del Perro Aguayo, Héctor Garza y Mr. Águila destronaron a los hasta entonces monarcas Atlantis, Último Guerrero y Tarzan Boy.
Se desarrolló aquella noche el Torneo Cibernético “Reyes del Aire”, con dieciséis estetas, del que emergió como triunfador Volador Jr., obteniendo espectacular trofeo y dejando en el camino al triunfo a Sangre Azteca, Mephisto, Averno, Sagrado, Felino, Leono, Stuka Jr. y Súper Nova, del Grupo “A”, y a La Máscara, Alex Koslov, Virus, Misterioso Jr, Metro, Valiente y Sombra de Plata, del Grupo “B”.
En otra lucha de relevos australianos, Máscara Año 2000, Universo 2000 y Eclipse vencieron a Blue Panther, Negro Casas y Lizmark Jr.
En relevos de Pequeños Estrellas, Pierrothito y Pequeño Violencia ganaron a Shockercito y a Fantasy.
También un día como hoy, pero de 1941, el 16 de febrero de hace 74 años, en la lucha estrella de la antigua Arena México, en su función dominical, Dientes Hernández superó a Jack O’Brien.
En la semifinal, Ciclón Veloz derrotó al alemán Otto Luger.
Las tres primeras luchas de aquella función fueron de la eliminatoria para designar a un nuevo Campeón Nacional de Peso Welter, vacante desde 1939, arrojando los siguientes resultados: Lobo Negro superó al Diablo López; Adolfo Bonales a Juan Saiza y Luis Núñez al Eskimo Blancarte.
Esa misma tarde, pero en la antigua Arena Monterrey, de aquella norteña ciudad, en la lucha estrella en parejas, Gorila Macías y Chato Cabral se impusieron a Ray Durán y Alberto Corral.
En la semifinal, Pantera Negra y el fiero Carlos Meza, empataron.
La especial quedó en poder de Joe Álvarez, que le ganó a Manuel Martínez.
En la segunda, en lucha de revancha, se enfrentaron dos trágicos: Indio Yuma, que triunfó en ese combate ante Ramirón Garza. Yuma moriría cuatro meses después, a sus apenas 20 años de edad, en aparatoso choque de autobuses en la carretera a Nuevo Laredo, ciudad a la que se trasladaba desde Monterrey. Ramirón, por su parte, quedaría ciego de por vida al recibir al año siguiente un balazo en la sien.
