En un día como hoy, domingo 3 de mayo de 1987, hace ya 28 años, en El Toreo de Cuatro Caminos se llevó a cabo la lucha titular por el Campeonato Mundial de Peso Semicompleto WWF entre el entonces monarca, Perro Aguayo, y su retador, el batallador y enjundioso Villano III. Dicho match terminó con un accidental e inesperado final, como fue narrado por don Fernando Gómez Arias en Espectacular #26:
“Poderoso, risueño, el Perro Aguayo aceptó el desafío de Villano III a una lucha por su campeonato, el Mundial Semicompleto, sin abrigar dudas de la derrota… o la desagracia. Cimbró El Toreo de Cuatro Caminos. Garboso en los andares y definitivo en las acciones.
«El Perro Aguayo todo lo da. Es un ídolo como quiera que luche –técnico irreprochable o violento—. Con él están las emociones. Las inesperadas.
«Tomó la primera caída para él. Fue un ejercicio de superioridad. Y después un tope fallido que le abrió la cabeza y provocó desbordante hemorragia, significó para el Villano III la segunda caída… y ¡la tercera! ¡Y el campeonato!
«Pero el Villano III no quiso aceptar, cosas del orgullo, un regalo del azar.
«Que del accidente del Perro Aguayo le encumbrase. ¡Eso no!
«Perro Aguayo dejó temblando de miedo a los aficionados.
«El luchador todopoderoso de pronto se convirtió en una víctima de las circunstancias. Cayó herido de muerte. Y nunca la expresión pudo ser más certera. Herido de muerte, señores…
«¿Cómo pensar que la punta de un tensor de las cuerdas pueda hacer tanto daño? Es la fatalidad… Perro Aguayo vio menguado el mágico poder en un segundo… La herida en la cabeza, imprevista.
«Lesión de las grandes. La fama del campeón era borrada… Manchada de rojo…. Gritó: ‘¡Déjenme seguir!’. ¿Y para qué…?
«La sangre del valiente fue la ofrenda a una multitud que también había de sentirse lastimada. Perro Aguayo estaba liquidado por esta vez.
«Allá en el vestidor lo salvaron los médicos. ‘Cinco minutos más de hemorragia y se nos muere’, dijo uno de los galenos. Y temblaba”.
En la mejor lucha de la tarde, Sangre Chicana con Los Misioneros de la Muerte: Signo, Negro Navarro y El Texano fueron descalificados en relevos atómicos frente al equipo de Aníbal, Dos Caras, Tamba y El Fantasma. La descalificación fue originada por la intervención ilegal de El Indio Killer Kuaikal, quien subió al cuadrilátero a apoyar a los rudos y a arrancar la máscara a El Fantasma.
Empate en el evento especial en australianos entre la tercia de Scorpio, Baby Face y Jungla Negra y la de Dorrel Dixon, El Sicodélico y Solar.
Zandokan y Cuchillo perdieron por descalificación en relevos ante los japoneses Hata y Naoki.
En la inicial en australianos Korak, Acero y Robinson perdieron en australianos frente a la tercia de Kahoz, Dr. Wagner Jr. y Lockard.
Esta fue la última función que se dio en El Toreo cuando aún vivía el Promotor Francisco Flores, (aunque ya no estaba activo en la promoción), pues falleció al siguiente sábado.
En la Arena Naucalpan, en la lucha estelar, el trío de Los Temerarios (Black Terry, Shu El Guerrero y José Luis Feliciano) perdieron sorpresivamente en relevos australianos con El Pantera II, Aristóteles y Hecatombe (quien años después sería Máscara Sagrada).
La misma tarde, en la Pista Arena Revolución, de Mixcoac, en una de las tres funciones que dicho local presentaba a la semana, la lucha estrella fue un duelo de apuesta de máscaras femenil que fue ganado por la entonces llamada Diabólica del Caribe a la chiapaneca La Yaqui, que al despojarse de su máscara se le conoció como Irma Zenteno Gutiérrez, originaria de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.
En la semifinal se disputó el Campeonato Nacional de Peso Welter, en una lucha en la que El Símbolo, la revelación coliseína de 1987, logró una exitosa defensa ante El Magnífico.