En un día como hoy, hace 42 años, el 24 de junio de 1973, vaya álgida tarde la que se vivió aquel domingo en al menos tres de las llamadas “arenas chicas” debido a diferentes contrariedades ocurridas en el desarrollo de sus funciones. La más grave fue, sin duda, la sufrida por el gran esteta jalisciense, Alberto Muñoz, que a punto estuvo no sólo de cortar de tajo su brillante carrera, sino que inclusive se vio en riesgo de perder la vida a causa del aparatoso accidente que tuvo luchando en la Plaza de Toros “El Cortijo”.
Alberto Muñoz.
“Alberto Muñoz, el monarca mundial de peso welter, sufrió un tremendo percance el último domingo en la Arena Cortijo, y al momento de redactar esta nota estaba en la lista de los graves. Todavía no se determina si estaba solamente conmocionado o si también padecía una fractura frontal.
“La lesión ocurrió en la tercera caída del combate de relevos entre Muñoz y El Marqués vs. El Nazi y Hayashi. El campeón había prendido al japonés con su llave preferida, la muñocina, y estaba con la cara hacia las lámparas. El Nazi entró a quebrar el castigo y El Marqués se tiró un clavado para engancharlo con una rana.
“Sin embargo, la fatalidad quiso que El Marqués fallara en su rana y cayera de rodillazo en la frente de Muñoz. El impacto fue brutal y el tapatío quedó conmocionado, suspendiéndose la lucha.
“El réferi Pompín inmediatamente defendió al lastimado al ver la calidad de golpazo, y esto es algo meritorio para él. Es decir, se dio cuenta inmediatamente de la gravedad del asunto.
Alberto Muñoz quedó conmocionado (24 de junio de 1973).
«Poco después, Muñoz fue conducido en ambulancia a la Delegación de Balbuena, acompañado por Ringo Mendoza. Y al poco rato, el doctor Horacio Ramírez Mercado –bajo su responsiva médica—obtuvo que Muñoz fuera internado en el Sanatorio Narvarte, en donde ha tenido todas las atenciones posibles.
“La Empresa Mexicana de Lucha Libre y el Sindicato Mexicano (sic) de Luchadores no han reparado en gastos con tal de que el campeón salga de su duro trance. Y el doctor Ramírez Mercado prácticamente no se ha separado un instante del lado de Alberto Muñoz. Además, hubo el lunes un desfile constante de luchadores por el Sanatorio Narvarte para darse cuenta del estado del herido. O sea, ha campeado el compañerismo.
Ringo Mendoza al pendiente de Alberto Muñoz (24 de junio de 1973).
“Lo bueno es que Muñoz estaba reaccionando bien, aunque todavía no abría los ojos. De todos modos, los síntomas son alentadores y esperamos que la recuperación sea total.
“Alberto tendrá que guardar reposo por lo menos 90 días o más”.
Aquella misma tarde, de tormentosa se calificó la función reglamentaria de la Arena López Mateos:
“Mucho movimiento en el pasado programa de la López Mateos. La estelar quedó finalmente modificada al no reportarse con la oportunidad debida los hermanos Guerrero (Mando y Chavo), que por programarse antes en Pantitlán, se reportaron cuando en la tarima estaba ya luchándose la segunda de la final del programa, que originalmente les correspondía cubrir a ellos. Así las cosas, la estrella la ganaron en dos al hilo El Magno, Revilla y Joe Marino a Minotauro I, Ángel Infernal y El Enfermero.
«Antes, otro suceso, sin estar anunciado: CHUCHO EL ROTO, llegó ebrio, y tarde, y cuando se le negaba, por opinión del comisionado que actuara, invadió el cuadrilátero, y sin decir agua va, SE QUITÓ LA MÁSCARA ante la sorpresa general del respetable y rivales. Chucho, con Jimmy Jackson, debía enfrentarse a Minotauro y Gori Rivera, y ya se imaginarán quiénes vencieron tras lo inesperado, que no narró Luis Spota, por cierto. Bueno, hay funciones. La semifinal fue una victoria de los Orfeo vs. Ave Asesina y Ángel Infernal I… Hacha Negra ganó a El Dorado, (mientras que) Alma Solitaria cayó ante Príncipe Águila.
Chucho el Roto (ca. 1973).
“Hubo conato de bronca y lio verbal entre el empresario y los informales hermanitos Guerrero, que dicho sea de paso, no son los descubridores del negocio, como pretendieron llegar. De su corte, la verdad hay cantidad por cualquier arena de barrio.
“Bueno, se cierra así un tormentoso capítulo: desaparecen del cuadro los Guerrero y ¡Chucho el Roto! Bueno, hay de días a días. ¿Verdad, Teto?”.
Mando Guerrero y Chavo Guerrero (24 de junio de 1973).
La Arena San Juan Pantitlán tampoco se quedó atrás y tuvo también sus avatares:
“En la Arena San Juan ocurrió algo inesperado: Peleaban cabellera contra cabellera Taro Yonekura y Mando Guerrero. El japonés fue limpiamente derrotado, y consecuentemente debería ser rapado, más se rajó de plano, y el público se sintió defraudado. Volaron botellas y vasos con dudosa cerveza, y José Luis Valero, promotor y periodista, se ofreció para ser rapado y calmar la ira popular. Todo esto implica falta de seriedad en el espectáculo, y denigra al más sensacional de los deportes. Urge allí un ‘inspector autoridad’ con verdadera autoridad.
Taro Yonekura vs. Mando Guerrero (24 de junio de 1973).
“En la semifinal, el otro japonés, Kenji (Kaplin) cayó oponiendo cuanto pudo ante Salvador Guerrero, que está convertido en un verdadero monstruo.
