En 2004, Hijo del Perro Aguayo fue el luchador del año para Súper Luchas: «No es una segunda parte, es la versión moderna de una leyenda»

Hijo del Perro Aguayo se consagró hace una década. Después de ser un junior muy querido en terrenos de AAA, se decidió a buscar su propio camino cambiándose al CMLL. El público no lo quería, lo obligó a ser rudo. Y demostró de qué estaba hecho.

Hace una década, en la edición #91 de SÚPER LUCHAS (27 de diciembre de 2004), el hoy tristemente fallecido Hijo del Perro Aguayo engalanó nuestra edición especial a lo mejor del año. En aquella ocasión fue nombrado El Luchador del 2004. Y aún faltaba su máxima creación, la cual contribuyó al enorme boom luchístico que vivíamos en México: Los Perros del Mal.

A continuación, el texto de Ernesto Ocampo publicado en aquella ocasión:

El Perro llegó a la Arena México sin mucho apoyo. Siendo técnico, lo abucheaban aquellos que lo veían como un intruso de AAA. El Perro, a pesar de aparentar un respaldo a la causa científica, siempre se comportó como rudo, cambiando el ritmo de las luchas al emular el estilo de su padre en aquellos legendarios duelos contra gente como Sangre Chicana y El Faraón. El Hijo del Perro trajo de vuelta las golpizas entre las butacas y el uso de armas, como el cubo de madera que sirve como peldaño hacia la rampa de acceso al ring.

Súper Luchas #91 Hijo del Perro Aguayo

Su cambio definitivo de bando le produjo nuevos abucheos, pero en cada actuación seguía entregándose con toda su fiereza, que, adivinamos, es genética. Este año, el Hijo del Santo regresó a la México, y a pesar de compartir con él el trono de parejas WWA, el Perro lo recibió de manera brutal.

Son memorables dos noches en la México: la del 30 de julio (cuando ganó el Trofeo Leyenda de Plata ante Felino) y la del 13 de agosto (cuando empató con Hijo del Santo). En ambas, ante grandes entradas, el Perro demostró que puede tener al público en la palma de su mano, pues nadie se movía de sus asientos con tal de increpar al joven Aguayo durante cinco o diez minutos después de terminada la función y estando en el ring solamente el can con el micrófono.

El carisma del Perro lo logró. No cualquiera obtiene esa notoriedad. Cada vez son menos quienes le reclaman su origen tripleaero, y cada vez más los que lo reconocen como un gran gladiador. Sus detractores hacen uso de falaces argumentos para descalificarlo, insinuando que no sabe luchar y que muestra pocos recursos, siendo que en realidad es técnicamente mejor que su padre, además de que sus conocimientos son actualizados día a día. La prueba estuvo en el mano a mano con el Hijo del Santo, pues aunque los citados detractores vociferaron que el Perro no mostró nada, en realidad superó a su contrario en ciencia en el ring. El Hijo del Santo es uno de los luchadores que más actualizado se mantiene, pero el Perro lo superó con castigos y llaves de total contundencia.

Con esta campaña con el CMLL, el Hijo del Perro se desconectó un poco de las promociones independientes, aunque ha seguido su pique con LA Park en plazas como Monterrey.

El Hijo del Perro ya no es sólo un junior. Es más que eso. No es una segunda parte, es la versión moderna de una leyenda. Su historia se está forjando. El Perro es joven aún, y en el 2005 puede dar más sorpresas. Por lo pronto, él es el elegido por SÚPER LUCHAS como EL LUCHADOR DEL AÑO 2004.

LA LUCHA SIGUE...
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