En 1996, y bajo el lapso de tiempo de menos de un mes, dos segmentos marcaron el inicio de una nueva etapa en la lucha libre estadounidense; tal vez la más exitosa de su historia, pues además de WWE (entonces WWF), por primera vez otra compañía fue capaz de situarse en primera plana mediática, ayudando a impulsar a esta disciplina a cotas de popularidad que no se han vuelto a repetir: WCW.
23 de junio, King of The Ring. Tras derrotar a Jake «The Snake» Roberts en la final del célebre torneo, Stone Cold Steve Austin, por entonces incipiente estrella, pronuncia este discurso.
«Lo primero que quiero es que ese pedazo de basura [Roberts] salga de mi ring. No sólo que salga del ring, ¡que se vaya de WWF! ¡Porque he demostrado, hijo, sin lugar a dudas, que ya no tienes lo que hace falta! Te sientas ahí y agarras tu biblia y pronuncias tus oraciones, y no te llevan a ningún lado. Hablas de tus salmos, hablas de Juan 3:16… Austin 3:16 dice: «¡Te he pateado el trasero!»»
7 de julio, Bash at the Beach. En el estelar de la noche, Hulk Hogan se revela como el misterioso compañero de Kevin Nash y Scott Hall, defenestrando a Randy Savage, Sting y Lex Luger, mientras se dirige así al público.
«Bueno, lo primero de lo que tienes que darte cuenta, hermano es… esto de aquí es el futuro de la lucha libre. Puedes llamarlo el Nuevo Orden Mundial [New World Order] de la lucha libre, hermano. Estos dos hombres de aquí vinieron de una gran organización, y todo el mundo se preguntaba quién sería el tercer hombre. Bueno, ¿quién sabe más de organización que yo, hermano?»
► El legado de las «Monday Night Wars»
25 años después, al amparo de su podcast 83 Weeks, Eric Bischoff se atreve a responder a la pregunta de cuál de estos acontecimientos dejó una huella más profunda. Y como era de esperar, «Easy E» barre para la casa que lo hizo célebre (créditos a 411mania.com por la transcripción).
«Es complicado. Creo que el impacto de Hogan en el mundo luchístico fue muy significativo. Cuando digo que es difícil de elegir, al menos para mí, es porque esa promo de Austin pavimentó el terreno para lo que estaba por venir en los meses y años posteriores. Ocurrió durante un largo periodo de tiempo. Posiblemente, igual de exitoso en muchos aspectos.
«El Austin 3:16 cambió la dirección de WWE. Austin 3:16 y todo que lo que Steve Austin puso sobre la mesa, la era que llegó con él, el cambio en la presentación, buscar a la franja de edad de hombres de 18 a 49 años, beber cerveza en el ring… todas esas cosas cambiaron WWE para siempre. Pero ocurrieron en un periodo de tiempo bastante extenso. Mientras que el paso al bando rudo de Hulk Hogan fue un aquí y ahora. Fue un show de 2 horas y 45 minutos, y en cuanto terminó, todo había cambiado. Con el «Austin 3:16″ fue más un proceso que evolucionó en el tiempo».