Días antes de celebrarse AEW Full Gear 2024, al comentar su combate contra Orange Cassidy bajo entrevista con TV Insider, Jon Moxley, consabido lector, citó la obra El libro de los cinco anillos.
Escrita por Miyamoto Musashi entre 1643 y 1645, supone una referencia todavía vigente como manual de estrategia militar, pero también como tratado filosófico. En una de sus partes, titulada El Manuscrito del Fuego, Musashi escribe que ponerse en la piel del enemigo resulta clave para el camino de la victoria: «Generalmente la sociedad se convence de que un ladrón dentro de una casa es un enemigo fortificado si se ve desde afuera, pero si imagináramos ser ese ladrón, entonces sentimos que todos los que están afuera son nuestros enemigos y las salidas están selladas. Es una sensación desesperada. El que está encerrado se siente como un pavo y el que intenta entrar para atraparlo le parece que es un halcón […]»
Ese extracto parece simbolizar el tan comentado epílogo de AEW Full Gear 2024.
Darby Allin is HELLBENT on taking out the Death Riders!
— All Elite Wrestling (@AEW) November 24, 2024
Order #AEWFullGear on PPV right now!https://t.co/JlBXZPLNGj@JonMoxley | @BASTARDPAC | @ClaudioCSRO | @MarinaShafir | @WheelerYuta | @DarbyAllin pic.twitter.com/NrapRD1EFW
► El Día Uno de AEW
Tan comentado, y con esto quiero decir en general tan criticado, al considerar que demasiadas cosas ocurrieron en sus diez últimos minutos: los Death Riders siendo repelidos por The Conglomeration y Willow Nightingale haciendo lo propio con Marina Shafir, Wheeler Yuta propiciando la victoria de Moxley, paliza poscombate a Cassidy, aparición de «Hangman» Page para distraer a Moxley y que Christian Cage canjeara su oportunidad, sabotaje de Jay White para evitarlo y así perjudicar a Page y Cage, golpiza de Claudio Castagnoli y PAC a White, y por último, el «Demolition Darby», con Allin jurando venganza hacia unos Death Riders que no dudaron en robar un automóvil para huir.
Pese a tales críticas, toda esta sucesión de hechos como cierre fue brillante. AEW nunca había hecho algo similar en sus cinco años de vida, y sabedora de la importancia de Full Gear 2024, probó suerte. Con acierto.
Moxley dijo que estábamos en el «día cero» de AEW, y Tony Khan y Cía quisieron que el evento luciera, de resultas, cual día uno, abriendo un camino de senderos que se bifurcan, todos ellos en torno al máximo cetro de la empresa, convertido ahora en un verdadero trono de sangre por el que los propios villanos se ven villanizados y donde, tras el maniqueísmo del estelar y su construcción, ahora quedan algo más difuminados los bandos técnico y rudo y la estampa se tiñe de una interesante escala de grises.
Y no sólo se abrieron caminos en torno al Campeonato Mundial AEW.
Durante el «opener» (un tanto decepcionante considerando el histórico estándar de las luchas de parejas de AEW), las tensiones internas en The Acclaimed, que acabaron costándoles el combate, parece podrían llevar a la ruptura del equipo, ahora que Max Caster es abucheado en cada arena que pisa, por motivos más extraluchísticos que luchísticos.
Algo similar en el caso de Adam Cole y Kyle O’Reilly, tras la victoria de MJF sobre Roderick Strong, obviando el presumible duelo entre Cole y el «Better Than You», tal vez en Worlds End.
Hablando de otro Kyle, destacar el gran triunfo de Fletcher ante Will Ospreay tras un mano a mano antológico, seguramente punto de inflexión en la carrera del australiano dentro de AEW, quien volverá a encontrarse con «The Aerial Assassin» en el Continental Classic.
Interesante, asimismo, el futuro de Jack Perry, compuesto y sin oros tras perder frente a un Daniel Garcia cuya ostentación, esperemos, recupere los retos abiertos del primer reinado de Cody Rhodes, mientras comprobamos si sigue ejerciendo de firme opositor a los Death Riders.
Por su parte, era previsible una victoria de Bobby Lashley. Buen debut competitivo (serio) para el «All Mighty» propiciador de segunda parte próximamente, al defenestrar The Hurt Syndicate a Swerve Strickland y Prince Nana en el poscombate.
Y no puede obviarse el segmento «Champagne Championship Celebration». Cuando muchos preveían un regreso de Toni Storm, Mariah May mostró su verdadera cara a Mina Shirakawa, aunque la Campeona Mundial AEW salió peor parada. Un choque May vs. Shirakawa se presenta prometedor.
Afortunadamente, la presencia de gladiadoras en el cartel principal de Full Gear no se limitó al segmento de May y Shirakawa, pues Mercedes Moné puso sobre la mesa el Campeonato TBS contra Kris Statlander. Y si bien el evento contuvo varios encuentros sobresalientes, esta defensa se convirtió en el verdadero «show stealer».
Emplear tal término para cualquiera de los combates más notorios de Full Gear resultaría inadecuado. Cuando hablamos de que una lucha se ha robado el show es porque la misma no entraba dentro del cupo de las favoritas para considerarse la mejor de la noche, en buena parte porque la propia promotora no le concedió tanta importancia. Absurdo entonces decir, por ejemplo, que Ospreay y Fletcher se robaron el show.
Declaración de intenciones vía Moné y Statlander bajo un momento donde el manejo de la división femenil de AEW vuelve a ponerse en entredicho, cuando precisamente la llegada de la «CEO», hace ya medio año, parecía poder dar un vuelco al statu quo. Cuanto menos, Moné y Statlander demostraron estar a la altura de los hombres también en modo PPV, cosa que las mujeres no habían logrado todavía.
Pesaron un poco el silencio del público en algunos momentos, la cantidad de 1 vs. 1 (ocho consecutivos) y que ciertos puntos decepcionaran (el «opener», Konosuke Takeshita vs. Ricochet), pero Full Gear 2024 fue en términos generales una notable velada, donde más allá de la habitual calidad «in-ring» (Moné vs. Statlander, Ospreay vs. Fletcher), todos sus resultados tuvieron sentido y se tomaron interesantes decisiones de programación de cara al futuro. Un «día uno» saldado con nota.