El día en que volví a ser niño

Hace unos días  se anunció una función de lucha libre en mi lugar natal con motivo del día del niño, con la presencia de uno de los mejores luchadores de la actualidad, Atlantis.

De inmediato supe que tenía que estar presente en esa función, pues aunque soy de espíritu rudo, la presencia del rey de la Atlántida me garantizaba un recuerdo de aquel niño que se sentaba frente al televisor a ver a sus ídolos, como los Villanos, los Gringos Locos, o los que mas llamaban mi atención, los rancheros de Lagos de Moreno, los Hermanos Dinamita.

El día de la función llegó. Estaba listo para llegar al recinto, y para mi sorpresa, apenas estaban instalando el ring, a pesar de que ya había una gran cantidad de aficionados haciendo fila en las taquillas.

Foto: Luis Manuel Rivera.

 

Tomé mi asiento y me dispuse a ver el espectáculo. Cabe mencionar que cada que voy a una función, llevo alguna revista para la clásica rubrica del luchador preferido. Buscando entre mi colección, me encontré con una donde aparecía un extenso reportaje de mi ídolo de la infancia, Cien Caras. Decidí llevarla para leerla en lo que iniciaba la función.

Arrancaron las acciones los luchadores locales, pero cual va siendo mi sorpresa cuando para la lucha semifinal se escucha el inconfundible tema Touch and Go. No había duda, saldrían los herederos de mi ídolo: Sansón y Cuatrero.

CMLL.

 

Verlos en un cuadrilátero fue prácticamente imposible evitar que una que otra lágrima se escapara, ya que me sentí nuevamente como el niño emocionado, que, sentado frente a la televisión, admiraba a los Hermanos Dinamita.

Cuando terminó su lucha, de inmediato tomé el plumón y la revista que llevaba conmigo para pedirles me la firmaran. Accedieron de inmediato y tuve la oportunidad de decirle a Sansón «Cómo te pareces a tu papá», a lo que él sólo respondió con un «Muchas gracias», y se fue corriendo al vestidor.

Este tipo de emociones únicamente se logran sintiendo desde lo más profundo este deporte. Se logran apreciando cada momento, desde el ir a la taquilla a comprar un boleto, obtener la firma de un luchador, comprar una mascara, e incluso poder saludar de mano a tu luchador favorito.

Foto: Luis Manuel Rivera.

 

Han pasado más de 20 años desde que veía en la televisión la lucha libre, y tengo la fortuna de poder decir que algunos luchadores son mis amigos y que me dedicó a lo que más me gusta, que es ser reportero de lucha, pero sin duda alguna el día que conocí a Sansón y Cuatrero quedará marcado como el día en que volví a ser niño.

 

LA LUCHA SIGUE...
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