Quería tomarme la molestia de esperar al segundo episodio del torneo de peso crucero que está realizando WWE, pues llevarse por las primeras impresiones puede llegar a resultar algo engañoso y se podría caer en cierto desprestigio a la hora de redactar un análisis como el que voy a llevar a cabo a continuación.
Pero después de tener el agrado de ver que el CWC no ha reducido su nivel luego del primer episodio, se puede observar como WWE está jugando con algo que puede cambiar para bien el rumbo de su historia.
Para los que no saben muy bien qué es el Cruiserweight Classic, podría describírselo como un torneo en el cual varios competidores luchan entre si para determinar al mejor luchador de peso crucero en el mundo.
La seriedad del torneo se puede notar en la variedad de nombres en el elenco de luchadores, entre ellos emergentes como HoHo Lun y Alejandro Saez y estrellas mundiales como Kota Ibushi y Máscara Dorada (Gran Metalik). Lo que convierte al CWC en experiencia para los primeros, y en nuevo desafíos para los segundos.
Ademas antes de que los gladiadores colisionen el árbitro realiza el clásico procedimiento de revisar que no haya objetos punzantes ni nada fuera de lugar, contando el estrecho de manos entre los luchadores que hace recordar al código de honor de ROH. Dándole un toque técnico y serio que no se ve en las otras marcas de WWE.
Si nos referimos al nivel de lucha que se ve en el torneo de mas esta decir que no se parece en nada al de WWE. Pues claramente se nota que no hubo un proceso en el Performance Center para modificar dramáticamente el estilo de combate de los competidores.
Principalmente algo que marcó el buen rumbo del evento fue la primer lucha entre Gran Metalik y Alejandro Saez. En donde ambos Latinoamericanos pusieron sobre la mesa grandes momentos como por ejemplo la dropkick de Metalik luego de caminar sobre las cuerdas y luego la shooting star press de Saez sobre su oponente fuera del cuadrilátero.
No sólo ellos hicieron una gran lucha, también hay que darle créditos a Ariya Daivari y HoHo Lun, quienes contaron una magnifica historia en donde un rudo prepotente mucho mas experimentado en la lucha (Daivari) subestima a su oponente proveniente de un país en donde la lucha libre apenas comienza a ser algo, llegando al extremo de ni siquiera querer estrecharle la mano, dándole mas identidad al CWC frente a NXT y RAW/SmackDown.
Todos estos factores hacen que la competencia resulte atractiva tanto para los seguidores habituales de WWE u otras promociones como para cualquier fanático casual que de repente quiera presenciar buenos combates.
Sin dudas representaría varias ganancias para WWE, ademas de que el CWC es un caza talentos natural, pues tranquilamente los oficiales de la compañía de Vince McMahon pueden firmar a luchadores que no estaban previstos, pero que pueden ser muy útiles para NXT o las marcas principales.
Cabe destacar la posibilidad de no sólo ver un torneo de peso crucero, sino que también WWE podría realizar competencias entre luchadores independientes, de ésta forma la empresa podría navegar por todo un nuevo mercado que aun no explotó.
Por lo que se puede garantizar que seguramente no veamos sólo una entrega del Cruiserweight Classic, pues el diamante en bruto de WWE acaba de ser encontrado.