Conor McGregor quiso chantajear a UFC como Brock Lesnar chantajeó a WWE el año pasado

Aunque es común que los peleadores de UFC cancelen sus presentaciones debido a lesiones, esto no suele ser un problema mayor para una empresa con una cartera de unos 600 peleadores con contrato y que vende sus eventos como un show completo (al estilo WWE), y no como en el boxeo de PPV, donde venden la pelea estelar y el resto suele ser relleno (pocos pueden recordar las preliminares de cualquier evento de Mayweather o Pacquiao).

Pero en el caso de Conor McGregor, la situación cada vez se asemejaba más al boxeo. Incluso hubo rumores de que el irlandés fundaría su propia compañía promotora para que sus peleas en UFC se hicieran en sociedad con él.

Como sea, McGregor tenía cierta ventaja para jugar sus cartas al ser la cabeza del evento más grande en la historia de UFC. Si su primera pelea con Nate Diaz vendió alrededor de 1.5 millones de PPVs era lógico que hubiera una revancha. Cierto, desde un punto de vista objetivo podría no ser necesaria, pero los deportes profesionales se tratan de negocio, y sería absurdo que no programaran McGregor vs. Diaz II sabiendo que podría alcanzar los dos millones de PPVs.

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Como ya lo dijimos, que McGregor terminara yendo a WWE, no era nada probable, debido a que no habría forma de que le pagaran allí lo que gana en UFC. Los ingresos de los peleadores, además del salario base, no son públicos, y muchos artículos se han escrito criticando que los peleadores ganan tan poco, lo cual no es correcto, pues por bonos y porcentajes de PPVs perciben mucho más. En este caso, en UFC 196, McGregor ganó un millón de dólares de garantía, 50 mil por pelea de la noche, y posiblemente hasta 15 millones más por porcentaje de PPVs y de la entrada. Tomando en cuenta que John Cena gana 10 millones anuales por salario, venta de mercancías, promociones y unas 200 luchas, no hay forma de que WWE pudiera atraer a McGregor.

Pero el irlandés hizo su jugada siguiendo en Twitter a Triple H, Shane McMahon, Stephanie McMahon y Becky Lynch, para crear el rumor de que su siguiente parada sería WWE.

Sin embargo, el chantaje no le funcionó, pues Dana White estuvo del lado contrario de la ecuación cuando inadvertidamente ayudó a Brock Lesnar en su chantaje hacia WWE el año pasado. En ese entonces, Brock Lesnar ya no se sentía físicamente apto para volver al octágono, pero se presentó en eventos de UFC, se tomó fotos con Dana White y recibió una oferta millonaria de la compañía de MMA.

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Vince McMahon, no queriendo perder los servicios de la bestia, abrió su cartera para renovarle el contrato, ofreciéndole una suma inmensa para que se quedara. El que Lesnar lo valga o no, es irrelevante: El hecho es que Lesnar ganó la partida.

Ahora todo indica que McGregor quiso hacer lo mismo. Posiblemente pidió copromover o quizá quiso una garantía mayor. Dana White no se amedrentó y simplemente lo sacó del cartel. Sabiendo que finalmente el irlandés daría su brazo a torcer, fue muy diplomático al decir que no era cosa de dinero.

McGregor “recapacitó” y anunció que sí peleará, poniendo de pretexto que no quería ir a las actividades de promoción porque su trabajo es pelear, siendo que la principal actividad de McGregor –y la que lo ha convertido en una estrella—es precisamente la autopromoción.

Ahora todo sigue en marcha rumbo a UFC 200, donde McGregor podría embolsarse entre 20 y 30 millones de dólares.

LA LUCHA SIGUE...
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