Existen muchas razones por las cuales a muchas empresas en la actualidad les cuesta trabajo conseguir que sus campeonatos se vean como algo importante, pero dichas razones se multiplican cuando hablamos de la lucha libre mexicana, la cual sufre mucho más en este tema en comparación a otros territorios.
► Las luchas de apuestas
En el pasado, en la lucha mexicana hubo mucho énfasis en los campeonatos, particularmente los que avalaba la NWA para la Empresa Mexicana de Lucha Libre, y los creados con las siglas UWA para Promociones Mora. Pero con el paso del tiempo, esto cambió, y son las luchas de apuesta las que se han llevado todo el valor para definir quién es el mejor.
Una razón puede ser que no existen consecuencias cuando un luchador pierde un campeonato, mientras que en las luchas de apuestas las consecuencias son obvias. Perder una máscara significa revelar tu identidad al público; perder una caballera significa sufrir la humillación de llevar la cabeza calva.
Además, los carteles con luchas de apuestas venden más boletos que los que presentan una lucha titular. Hay algunos casos que salen de esta regla, como cuando un lugar extranjero es el retador por un campeonato.
► Un problema global
Sin embargo, el que los fans no tomen en serio los campeonatos no es un problema exclusivo de la lucha libre mexicana, es algo que pasa alrededor del mundo. Quizá esto es herencia de lo que se veía durante la segunda mitad de los noventas en WWE y en WCW, donde los campeonatos eran pasados de un luchador a otro como una patata caliente. Este problema, por ejemplo, hasta la fecha ha dejado sin credibilidad al Campeonato Intercontinental WWE.
En NJPW suelen ser muy cuidadosos en cuanto a cambios en el Campeonato de Peso Completo IWGP, pero con otros títulos no se puede decir lo mismo. AEW también ha tenido esta postura de proteger a los campeonatos lo máximo posible, pero al reconocer títulos externos, como los de AAA, IWGP, Impact y ROH, la importancia de los propios se diluye.
► Soluciones
Hay muchas formas de arreglar esto. Por ejemplo, el CMLL reconoce 33 campeonatos, un número muy exagerado, además de que muchos de ellos son redundantes. Reducir esa cantidad sería una solución.
También hay que reestablecer la importancia de los campeonatos: Tienen que sentirse consecuencias al perder uno, y una medida sería hacer que los campeones siempre se presenten en las arenas con el cinturón puesto, recalcando en entrevistas que el título es prueba de que son los mejores en su división.
Y además —algo que pocas empresas hacen—hay que tener un plan a largo plazo, manejar un mayor número de defensas, mostrar la frustración de quien no consigue vencer al campeón… Se requiere de mucha paciencia, pero puede lograrse.