Después de casi trece años sin luchar, Nigel McGuinness volvió a calzarse las botas en ALL IN. Eso le dio la confianza necesaria para pedir una lucha con su antiguo enemigo, Bryan Danielson.
Ambos tuvieron una intensa rivalidad en Ring of Honor en la primera década de este siglo, tan brutal que logró poner en el mapa a esa empresa, sumando incluso episodios en Pro Wrestling NOAH. La última vez que se enfrentaron fue en 2009, y tres lustros después están se enfrentaron GRAND SLAM.
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Las cosas comenzaron tensas, pues Bryan no apareció en primera instancia cuando sonó su canción, pensando que tal vez no se presentara tras la traición de BCC; sin embargo, cuando sonó The Final Countdown, Danielson llegó al ring.
La lucha comenzó con movimientos a ras de lona, aunque pronto McGuinness mostró que no vino a jugar, conectando un poderoso antebrazo, aunque Danielson respondió a patadas. Fue así que el duelo comenzó en un intercambio de todo tipo de ataques, tanto golpes como llaves.
McGuinness comenzó a aprovechar las lesiones de Danielson y comenzó a atacarlo abajo del ring, incluyendo el uso de la escalinata metálica, enfocándose en el brazo derecho, pero el Campeón de AEW intentó reaccionar pero sin mucha suerte.
Después de recibir varios golpes, Danielson pudo reaccionar, incluso le conectó un poderoso rodillazo. Fue así que la lucha volvió a emparejarse con ataques de ambos lados, con oportunidades de ambos lados.
McGuinness volvió a atacar con Tower of London y Dungeon of London, pero Danielson respondió emparejando las cosas con poderosos codazos, pero Nigel no se rindió y siguió respondiendo, poniendo en problemas a su rival.
Finalmente, Danielson atrapó a McGuinness con un LeBell Lock y aunque resistió un par de minutos, no pudo quitarse el castigo y terminó por rendirse.
Tras la derrota, Christian Cage apareció para intentar hacer válido el contrato por el campeonato; sin embargo, Kip Sabian apareció para robarle el bolígrafo y le robó la oportunidad.
