Brock Lesnar ha hecho muchos regresos a lo largo de los años y suele alcanzar la cima y luchar por el campeonato al poco de llegar. Sin embargo, este no es el caso en esta ocasión. Y aunque «la Bestia Encarnada» puede competir por el Indiscutible Campeonato Universal de WWE en algún momento, nunca volverá a ostentar el máximo galardón de la compañía; puede sonar abrupto, pero vamos a tratar de razonaros nuestra idea en las siguientes líneas.
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► No lo necesita
Está claro. Brock Lesnar es un icono en la historia de la lucha libre. Es una de las Superestrellas más grandes de este negocio de entretenimiento y ha ganado el título mundial 10 veces en WWE y compitiendo en el evento principal de cada gran evento de pago por visión que la compañía produce. El luchador, de 45 años, lo ha hecho todo, y añadir otro campeonato a su currículum sólo serviría para crear resentimiento por parte de la fanaticada que ha llegado a abrazarlo finalmente como babyface. Lesnar es una estrella tan grande que está por encima del campeonato. Ya no lo necesita para tener un impacto en las historias del elenco principal, para vender entradas o impulsar las la subida de las audiencias.
La gente se levanta y presta atención cuando «La Bestia» atraviesa el telón, y su poder de estrella y el valor de su nombre son suficientes para atraer la atención de los aficionados. Actualmente lo estamos viendo en una más que interesante historia con Bobby Lashley. No hay ningún título en juego ni tampoco aspiraciones de campeonato. Se trata simplemente de una rivalidad entre dos grandes atletas que se han citado para golpearse el 5 de noviembre en Riyad, Arabia Saudita, en Crown Jewel.
WWE puede reservar la historia por el Indiscutible Campeonato Mundial para otra ocasión, si es que acaba siendo ese el propósito, ya que Bobby y Lesnar tienen una potente historia detrás que se vende sola a base de recuerdos de un pasado común.
► Sangre nueva
Triple H ha centrado activamente sus esfuerzos creativos en la construcción de Superestrellas perjudicadas en el pasado, a su parecer: Johnny Gargano, Dexter Lumis, Damage CTRL, Sami Zayn, Kevin Owens, Elias, Mustafa Ali y Bray Wyatt son sólo algunos de los nombres que se han beneficiado y están a punto de obtener considerables oportunidades.
En algún momento, alguien destronará a Roman Reigns y se hará con el Indiscutible Campeonato Universal de WWE. «La Bestia» es innegablemente una gran estrella y alguien que puede ser un campeón rentable, como ya lo ha demostrado, teniendo felices a los mandamases de las cadenas de televisión que emiten WWE, pero también puede hacer eso sin tener ningún campeonato sobre su cintura. Además, ¿Qué mejor manera de sacar el máximo provecho de Lesnar que contratándolo para trabajar con esas nuevas caras? No sólo rejuvenece a «la Bestia», sino que también da legitimidad a esos competidores a medida que WWE avanza.
Dejemos el título a Reigns y a quien lo desbanque. Dejemos que Lesnar influya positivamente en el espectáculo trabajando con un grupo de Superestrellas que el día de mañana podría beneficiarse de ese enfrentamiento con «la Bestia».
El futuro miembro del Salón de la Fama no tiene que perder cada lucha en la que compita para beneficiar a la persona con la que trabaja. Su poder de Superestrella de la lucha lo hará por él, incluso si el oponente se «queda corto». Brock Lesnar sigue siendo una de las principales Superestrellas de la industria y mantiene su atractivo. La gente sabe quién es más allá del ring y está dispuesta a verle si la historia es correcta y el combate es diferente a los pasados.
Eso empieza por alejarlo de un título del que se ha convertido en sinónimo en los últimos años para reavivar la pasión de los aficionados por él en rivalidades mutuamente beneficiosas para el luchador y la empresa.