Como se informó en su momento, el legendario promotor y luchador Verne Gagne falleció el pasado 27 de abril. A su funeral asistieron varios personajes de aquella época dorada de la lucha libre que Gagne ayudó a construir como dueño de la AWA. Entre ellos se encontraba Bob Backlund, quien terminó envuelto en polémica debido a una versión que corrió sobre su comportamiento en la ceremonia.
Según los rumores, Bob Backlund dejó a todos molestos tras el funeral pues interrumpió a Greg Gagne, hijo de Verne, y realizó una promo ruda, algo que claramente era un acto fuera de lugar para una ceremonia donde se honraba a un personaje tan importante para la historia de la industria. Sin embargo, los hechos ocurrieron de otra manera.
Al enterarse de estos rumores, Backlund se comunicó con Robert Miller, el co-autor de su próximo libro, y le relató la manera en que realmente ocurrieron las cosas.
Cuando el oficio religioso finalizó, se dio paso a algunos amigos de Verne para que dijeran algunas palabras. El primero en pasar fue «Mean» Gene Okerlund, quien hizo reir al público contando anécdotas que había vivido con Gagne y cerró su presentación con una introducción al ring, ganando los aplausos del público y convirtiendo la situación en un momento informal de alegría.
A continuación Greg Gagne tomó la palabra y siguió recordando en el mismo tono en que lo había hecho Mean Gene. Allí ocurrió la situación con Bob Backlund:
En cierto punto, Greg estaba hablando sobre la WWF/E y las experiencias de su padre con Vince Sr. y Vince Jr. y algunas de las cosas que había leído sobre ello en internet. En ese momento, Bob se levantó y dijo «Oye Greg – quiero que sepas que estoy aquí representando a Vince McMahon y la WWE, y todos nosotros queremos dar nuestros respetos y expresar nuestras condolencias a ti y a tu familia de parte de todos en WWE.»
Después de ello Backlund se sentó, Greg le agradeció y continuó con sus palabras, para luego, al finalizar la ceremonia, acercarse a él y darle un abrazo, como se acostumbra en una situación de ese tipo.
Así, según Bob Backlund, las versiones sobre su actitud ruda en el funeral son producto de la desinformación y al finalizar todos terminaron contentos, «como Verne hubiera querido.»
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