En un combate lleno de intensidad, Athena defendió exitosamente su título frente a Billie Starkz.
Desde el inicio, Athena tomó la iniciativa con ataques agresivos, castigando constantemente las piernas de Billie, lo que limitó su movilidad. Sin embargo, Billie demostró resistencia y habilidad, impresionando con movimientos como un DDT sobre los escalones metálicos que generaron gran apoyo del público.
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El intercambio de maniobras fue constante. Billie consiguió aplicar un Piledriver en el centro del ring y logró varios conteos cercanos a tres. Athena, por su parte, utilizó su experiencia y astucia para recuperarse, aplicando movimientos devastadores como una Powerbomb y un Codebreaker, aunque ninguno fue suficiente para asegurar la victoria en ese momento.
El momento más caótico llegó cuando un Suicide Dive de Athena impactó accidentalmente al árbitro, dejándolas sin supervisión en el ring. Athena intentó aprovechar la distracción con ayuda de Lexy Nair, pero Billie respondió con una Powerbomb que casi la lleva al triunfo. La campeona recurrió a quitar la protección del esquinero, lo que terminó siendo decisivo: Billie fue lanzada contra el hierro expuesto, dejándola vulnerable para que Athena aplicara su movida final, el O-Face, y asegurara el conteo de tres.