Análisis: ¿Por qué falló el Exploding Deathmatch de AEW?

Pensar en un deathmatch con alambre de púas explosivo en el Estados Unidos de 2021 siempre sonó como una idea cuestionable. La especialidad de Atsushi Onita cumplió 30 años hace unos meses. Fue el 4 de agosto de 1990 cuando él y Tarzan Goto se enfrentaron en el Shiodome con la novedad de que habría alambre de púas en vez de cuerdas, y que éstas estarían electrificadas. No sólo eso: Al chocar con ellas generarían una explosión.

Tarzan Goto vs. Onita

► Atsushi Onita, legendario innovador

Fue sólo una más de las innovaciones de Onita, quien en 1989 había iniciado Frontier Martial-arts Wrestling (FMW) como una empresa de estilos mixtos para poder enfrentar a peleadores de otras disciplinas bajo sus propias reglas. Específicamente, quería una revancha con el karateka Masashi Aoyagi, a quien enfrentó en la World Karate Association, pero fue descalificado por hacer movimientos de lucha profesional.

Tras sus luchas con Aoyagi y otros artemarcialistas, comenzó una rivalidad con su hasta entonces amigo Tarzan Goto, a quien enfrentó en una lucha sin público en una isla. Poco después, ideó el concepto del ring sobre agua.

Tarzan Goto vs Onita
Onita enfrenta a Tarzan Goto el 22 de julio de 1990 en Nichinan.

Y lo siguiente, como ya dijimos, fueron los explosivos. Los 90s fueron una década de enorme innovación en lo que se refiere a lucha libre profesional. En todo el mundo vimos cambios. En Japón, mientras Onita llevaba a cabo sus locas ideas, All Japan lograba evolucionar, creando muchos de los mejores combates de la historia. En México, nacía AAA y los luchadores de estilo aéreo recibían una oportunidad estelar. En Estados Unidos, la lucha por fin dejaba de ser una aburrida danza de dinosaurios.

Los 90s fueron inigualables en ese sentido. Fue una década en la que, al haber un gobierno liberal en Estados Unidos, lo políticamente incorrecto era lo cool (cuando hay un gobierno republicano, sucede lo contrario: lo políticamente correcto es la tendencia, como lo vimos en la era Trump. Se trata de llevar la contra. Y el resto del mundo le sigue el paso a EUA).

Pero volviendo a Onita, lo que hizo fue llevar a la lucha profesional el trauma colectivo del pueblo japonés. El trauma que viene de su derrota en la Segunda Guerra Mundial y las explosiones de las bombas atómicas. Esa fijación con la destrucción y las grandes explosiones ya se exploraba desde 1954, con la película Gojira (Godzilla), y por décadas se ha visto en el manga y en el anime, donde la destrucción y las muertes sin sentido abundan.

Attack on Titan

► ¡Hiroshima!

Para no ir tan lejos, la primera vez que fueron mencionadas las luchas de explosivos de Atsushi Onita en SÚPER LUCHAS (que fue en la edición #134, del 30 de septiembre de 1993), fue hecha esa analogía.

Por supuesto que esas luchas fueron fascinantes en su momento para los fans occidentales. Recordemos que era la era anterior al streaming. Quienes podíamos verlas éramos los que estábamos en el mundo casi underground del intercambio de videocassetes.

Y un solo VHS de FMW valía al menos tres VHS de WWE.

Con esto se entenderá por qué no es compatible ese concepto no sólo con los Estados Unidos, sino con la época actual, tan alejada de la desfachatez de los noventas.

La época de los deathmatches ya pasó. Aunque Onita siguió haciendo esos encuentros en años recientes, como lo hemos relatado tanto en SuperLuchas.com como en la revista impresa, las entradas ya no son de 20 mil, 30 mil o 40 mil personas, sino sólo de unos cientos de aficionados nostálgicos.

SÚPER LUCHAS #512 (28 de octubre de 2013).

Es decir, hacer un deathmatch estilo FMW en AEW parecía una propuesta demasiado arriesgada.

En lo personal no me gustaba la idea, pues estaba casi seguro de que algo saldría mal. Me tranquilicé cuando Onita les dio su bendición.

¿Por qué? Porque parecía que AEW había acudido a Onita para que produjera el encuentro a nivel técnico.

¿Y por qué eso es importante? Porque hacer un ring explosivo es un arte cuyos secretos son celosamente guardados. No cualquiera puede hacer algo así.

En el año 2000, CZW quiso hacer una lucha en jaula explosiva con Onita y John Zandig. Incluso hubo una reunión entre ambos y había fecha y cartel.

Onita Zandig
Ernesto Ocampo / Zona Internacional (revista Luchas 2000 #15, 26 de junio de 2000).

El evento se canceló, y la explicación fue que la comisión atlética no permitió que se llevara a cabo. Pero al parecer hubo otros motivos, que tenían que ver con los costos de llevar a cabo una lucha así.

Esto lo sé porque un año después, consideré una lucha en jaula explosiva entre Onita y Damián 666 para un hipotético segundo evento de X-LAW en El Toreo de Cuatro Caminos. La idea no prosperó debido a los costos, pues Onita pedía viajar a México junto con todas las personas que integraban su equipo técnico, es decir, los responsables de armar la jaula con explosivos y controlarla.

Pagar tantos vuelos desde Japón (no recuerdo cuántos) elevaba mucho los costos, así que no era rentable. Onita se negaba a hacer luchas así sin su equipo, pues, como ya dijimos, es un arte difícil de imitar.

AEW pudo haber contratado a Onita para el trabajo. Pero optaron por producirlo «en casa» en base a lo que sabía Kenny Omega. Y el escenario fue muy diferente, pues las cuerdas no fueron sustituidas con el alambre de púas, mientras que los explosivos no estaban colocados en la misma maraña de las púas, sino en un nivel diferente.

El encuentro entre Kenny Omega y Jon Moxley fue muy bueno. De hecho, a nivel puramente luchístico supera a casi cualquiera. Sin embargo, el efecto final con la mini explosión arruinó el trabajo antes realizado.

AEW Revolution Explosion

Esperemos que si AEW piensa realizar de nuevo una lucha así primero le ofrezcan disculpas a Onita y después lo inviten a que produzca el brutal espectáculo.

LA LUCHA SIGUE...
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