La separación de marcas de WWE y la consiguiente guerra que dio inicio en julio de este año va camino de cumplir 6 meses. Y si bien esta contienda fue planteada desde el comienzo de manera injusta, ya que Raw fue beneficiada con mayor número de superestrellas y talentos futuros, SmackDown ha conseguido equilibrar la balanza desde este otoño. El pasado domingo, TLC: Tables, Ladders & Chairs (2016) fue una notable muestra de ello, constituyendo un evento sólido, nada predecible, y que tuvo como estelar uno de los mejores combates del año.
Y es que AJ Styles no sólo es El Luchador (con mayúsculas) de este 2016, sino el baluarte de SD, pese al bueno de James Ellsworth. Muchos lo consideran adalid del cambio, ya que poco después de su llegada la propia WWE anunció que nos encontrábamos en una nueva era: jóvenes talentos han tomado el relevo de muchos históricos, la división femenil ha estelarizado shows semanales y PPVs, se recuperó la división crucero gracias al genial Cruiserweight Classic y luchadores que nunca pensábamos que cobrarían protagonismo ahora gozan de él.
Sin duda, el lugar de John Cena como cara de SD lo ha asumido con éxito Styles, aunque parece que Vince McMahon ha puesto los ojos en el actual monarca para el próximo Draft que se produciría en 2017. Según Steve Carrier, de Ringside News, ya se estaría discutiendo traspasarlo al producto rojo. El chairman y otros oficiales de WWE valoran muy positivamente el desempeño de Styles desde su debut en Royal Rumble (2016), y como sabemos, Stephanie es el ojito derecho de papá, para oprobio de Shane.
La noticia indica que, si bien nada se ha confirmado, se espera que dicho Draft se lleve a cabo después de WrestleMania 33. Recordemos el rumor de un inminente enfrentamiento contra The Undertaker o John Cena donde perdería su cetro, lo que podría suponer un fin de ciclo que abriría la puerta a un cambio de aires. Además, una futura rivalidad con Finn Bálor con el liderazgo de The Club en juego se antoja irremediable, y Raw por ahora es el único escenario posible para ello.
Tomándolo ahora cual presagio, se cumplirían así los deseos del ex-TNA, quien expresó recientemente su interés por enfrentar a Seth Rollins. Si en un principio se antoja que la cúpula directiva dudaba de su capacidad de medrar en WWE, ahora ese sentimiento es radicalmente distinto, y seguramente lamenten haberlo relegado al show «secundario» aquel 19 de julio. Hace tiempo que Raw se considera el lugar de las grandes superestrellas, y Styles ya posee ese status.
El gladiador se encuentra lidiando con una leve lesión de tobillo que no le impedirá aparecer en el próximo episodio de SD Live, aunque su vuelta a la acción tendría que postergarse un poco más, tal vez hasta la cita del 26 de diciembre en el Madison Square Garden. Ignoramos las consecuencias que tendría para esta marca una ausencia indefinida de Cena y un Styles bajo los focos de la facción rival, pero WWE debería buscar la manera de cubrir tamaños huecos. Sin «El Fenomenal», SmackDown quedaría casi huérfana.