5×5: Lo mejor y lo peor de WWE Fastlane 2015

Este artículo refleja las opiniones personales de su autor, y no necesariamente las de la Revista Súper Luchas.

Bienvenidos de nuevo a esta columna en la que busco presentar los que, en mi opinión, son los 5 aspectos positivos y negativos de los PPV de WWE, en este caso Fastlane 2015. Con el reto de mejorar la reacción de los fanáticos tras un Royal Rumble desastroso, la función de Fastlane era la de reparar el camino a Wrestlemania. En mi opinión fue un evento regular que consiguió superar las expectativas pero que no pasará a la historia.

Empecemos con lo mejor y lo peor de Fastlane 2015:

Lo peor:

5- Las divas: Paige es quizá la diva favorita de los fanáticos, Nikki Bella es constantemente criticada pero hace una buena labor como powerhouse en el ring. El problema es que las divas no conseguirán despegar mientras solo se les den 5 minutos de tiempo y las rivalidades se reduzcan a bromas y trampas de chicas de escuela. El fallo en vestuario de Paige pudo haber tenido que ver con el rápido final, pero es claro que la división femenina necesita un manejo distinto.

4- El público: Si se va a un evento en vivo de la WWE hay dos opciones: apoyar a los favoritos y gritar en la buenas luchas, o abuchear el mal producto presentado, pero quedarse en silencio no es una opción. El público de Memphis quedó corto y contrastó notoriamente con el que vimos en Philadelphia durante el Royal Rumble. Si bien la aparición de los druidas causó una gran reacción, eso fue todo lo que ofrecieron los asistentes. El público es parte fundamental del show, y en este caso su aporte fue nulo.

3- Comentaristas: Es bien sabido que la labor de los comentaristas en inglés en WWE no suele ser la más destacada, al menos no por buenas razones. Aunque a veces el equipo de narradores tenga buenos momentos, Fastlane no fue uno de ellos. JBL es cada vez más repetitivo con sus quejas y reclamos en todo momento, mientras que Jerry Lawler parece no notar que nadie encuentra divertidos sus malos chistes. De manera inverosimil, es Michael Cole quien intenta llevar seriedad y profesionalismo a la mesa. En uno de los peores momentos de la noche, Lawler mostró una mínima consciencia social cuando dijo que no existían ya plagas ni epidemias en el mundo, y se burló cuando Cole lo corrigió, ignorando que el ébola y el SIDA matan anualmente a miles de personas en áfrica. Cole confundió a los personajes de El Padrino con hobbits y JBL dijo que El Señor de los Anillos eran caricaturas. ¿Y la acción en el ring? Parece que no había tiempo para eso.

2- Repeticiones para Wrestlemania: Entre los muchos motivos que hacen de Wrestlemania un evento especial, está el de ser el escenario de encuentros que no se podrían ver en ningún otro lugar. Este año Sting vs. Triple H será uno de ellos, pero además tendremos un porcentaje considerable de revanchas de Fastlane en el magno evento. Adelantándose al mayor evento del año, Rusev y Cena y Goldust y Stardust se enfrentaron por primera vez, así que es posible que en Wrestlemania veamos a John Cena vs. Rusev II, Goldust vs. Stardust II y quizá Bad News Barrett vs. Dean Ambrose II por el campeonato intercontinental. Para las revanchas está Extreme Rules, Wrestlemania debería ser un evento de luchas inéditas.

1- Expectativa: WWE enfrentaba una competencia especialmente fuerte en la noche del domingo, no solo por la entrega de los premios de la Academia – los Oscar – sino por la siempre popular serie The Walking Dead, así que tenían razones suficientes para esforzarse en convencer al público de ver su evento, pero no lo consiguieron. Aunque el evento principal prometía ser interesante, su resultado era casi seguro, así como ocurría con la confrontación entre Sting y Triple H o la lucha entre John Cena y Rusev. El resto del cartel ofreció poco, a pesar de algunas sorpresas. Aunque con la llegada de WWE Network los números de sintonía no importan tanto como los suscriptores, eso no implica que WWE pueda descuidarse a la hora de atrapar al público con su producto.

Lo mejor: 

5- The Viper está de vuelta: Siempre es bueno tener a Randy Orton de vuelta, sobretodo cuando llega con la venganza como objetivo, pero la manera en que se dio su regreso no resulta del todo convincente. En primer lugar, muchas cosas sucedieron en Fastlane que opacaron el regreso de Orton, por lo que este bien se hubiera podido guardar para Raw en vez de lanzarlo en la primera media hora del evento. En segundo lugar, resulta extraña la forma en que se dio: Curb Stomp para Ziggler – No pasa nada – Curb Stomp para Rowan – No pasa nada – Curb Stomp para Ryback – Orton salva al grandulón antes de que lo dejen incapacitado. ¿Cuál es el sentido? Aparecer antes o después de todos los ataques tiene más sentido que salvar a uno pero no al resto, aunque claro está que la meta de Orton no era salvar a nadie sino deleitarnos con sus RKO.

4- Cena vs. Rusev: Con bajas expectativas para esta lucha, y principalmente para el manejo creativo que se le daría, lo cierto es que resultó grato ver una buena historia contada en el ring. El héroe en declive se enfrentó al monstruo en ascenso y, aunque pudo resistir a su fuerza, fue dominado la mayor parte del encuentro. Aun así, el riesgo de que Rusev perdiera finalmente su invicto fue real en algunos momentos y la perspectiva de que Cena cayera ante la sumisión del búlgaro parecía lejana, pero el problema fue resuelto con un golpe bajo que llevó a que Cena cayera ante The Acollade. Ahora bien, resulta extraño que se haya dado a Rusev una victoria por sumisión cuando el resultado en realidad fue un claro knockout, y de hecho fue el mismo modo en que Rusev ganó el campeonato de los Estados Unidos ante Sheamus.

3- El campeonato de parejas: En mi opinión, Tyson Kidd y Cesaro son dos de los cinco mejores luchadores con los que cuenta actualmente el roster principal de WWE, pero también son el tipo de retadores de los que se piensa «lo merecen, pero no lo ganarán», es por eso que fue tan grata su victoria en Fastlane. The Usos también tienen una clara parte del mérito. Es estilo técnico y el highflyer suelen ser una buena combinación, como ocurrió en este caso. La lucha fue entretenida y dinámica, los movimientos en equipo de Kidd y Cesaro fueron una muestra de buen wrestling y los Uso también mostraron su talento con movimientos como el samoan drop contra la barrera del público. Solo queda esperar que Kidd y Cesaro retengan algún tiempo los cinturones y que The Usos encuentren otra rivalidad para refrescar por un momento el panorama titular de la división de parejas.

2- El reto de Bray Wyatt: Casi con total seguridad veremos a The Undertaker en Wrestlemania 31 ante Bray Wyatt, quien acabó con las dudas acerca de sus recientes promos de gran manera. La mística presencia de los druidas y las legendarias campanas anunciaban la presencia del Deadman en Fastlane, pero fue Bray quien salió del ataúd para oficializar su reto a The Undertaker en otra gran promo donde se presentaba como «el nuevo rostro del miedo». Con esto, se resuelven parcialmente las inconsistencias que tenía esta lucha, donde la lógica dictaba que The Undertaker debería regresar buscando revancha ante Brock Lesnar y no enfrentando a un joven luchador; sin embargo, después de que se le acusara de haber caído debilitado y de perder el respeto que alguna vez impuso, tiene sentido que Taker calle en principio a su posible sucesor. Eso sí, de ganar, deberá buscar a Brock Lesnar obligatoriamente. Gran trabajo de Wyatt, quien con micrófono en mano a calentado una rivalidad en la que su rivalidad aún no ha aparecido.

1- Reigns vs. Bryan: Otro ejemplo de una historia muy bien contada en el ring. Como lo había mencionado varias veces en otras notas, la labor de Daniel Bryan era preparar a Roman Reigns para el evento principal de Wrestlemania, e hizo un buen trabajo. En las últimas semanas pasó de ser un personaje plano y forzado a hallar su propia personalidad y, en Fastlane, dar la mejor lucha individual de su carrera. Al igual que en SummerSlam 2014, fue su rival quien llevó el peso de la lucha, pero esta vez Reigns fue capaz de dar sus propios aportes al encuentro. Lo que se vio en el ring fue el resultado de las últimas semanas. Bryan se esforzó por demostrar que su inferioridad física era compensada con creces por su técnica, además desde su rol de veterano dirigió el ritmo del encuentro. Reigns, por su parte, demostró el producto de varias semanas de crecimiento forzado y lo hizo de la mejor manera posible. Si Roman Reigns quería demostrar en esta lucha que era capaz de rendir lo suficiente en el ring podía utilizar dos estrategias; a la primera la llamaré estrategia John Cena y reza más o menos así: «soy un tipo grande, pero también puedo intentar hacer hurrincaranas y saltos desde la tercera cuerda», a la otra la llamaré estrategia Triple H y va de la siguiente manera: «soy un powerhouse, pero con ese estilo soy capaz de dar grandes encuentros explotando mis fortalezas». Con estos ejemplos caricaturescos busco argumentar que Reigns escogió la mejor estrategia para mejorar su desempeño en el ring considerando su experiencia y habilidades, sin forzar demasiado sus capacidades, lo que podría evidenciar sus fallas, sino resaltando sus fortalezas, es decir, fuerza bruta e intensidad. Aunque no es seguro que Reigns pueda rendir al nivel que requiere el evento principal de Wrestlemania, es claro que se trata de un luchador distinto al de hace un mes y que su esfuerzo merece, al menos, el beneficio de la duda en lugar de la crítica irreflexiva.

Gracias por detenerse a leer, recuerden que esta es mi opinión personal y que pueden opinar con sus comentarios.

Gracias también a todos los lectores de esta columna que, en esta edición, cumple 3 años de existencia.

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