5 cosas en las que WWE es superior a AEW

«No es un sprint, es una maratón». Son palabras popularizadas por Triple H en un contexto muy diferente al actual. El entonces portador de la batuta de todo lo que era NXT replicaba con cautela a los monumentales elogios que AEW generaba en medio de su guerra de los miércoles con la marca amarilla de WWE. Pero si algo se demostró desde el instante en que esa declaración se pronunció hasta ahora, es que AEW terminó siendo mucho más que un sprint.

Es difícil hacer comparaciones cuando tenemos a dos empresas con filosofías tan opuestas como lo son las conducidas por los McMahon y los Khan, pero sobresalen puntos específicos en los que no es necesaria una gran capacidad compresora para reconocer superioridad entre una y la otra. La división por parejas (y equipos en general), el énfasis en la creación de nuevas estrellas o la complejidad de las promos son algunas anotaciones a favor de los élite. Sin embargo, WWE no se queda atrás y también ha sabido marcar grandes distancias en otros aspectos.

5) Toda la carne al asador

Roman Reigns (Campeón WWE y Campeón Universal), The Usos (Campeones de Parejas SmackDown y Raw) y Paul Heyman festejan
Roman Reigns (Campeón WWE y Campeón Universal), The Usos (Campeones de Parejas SmackDown y Raw) y Paul Heyman festejan

Compras tu ticket, te presentas un lunes por la noche y disfrutas de WWE Monday Night Raw. Sabes que habrán momentos de entretenimiento (Rated-RKO nunca falla, Cody Rhodes está siendo un rotundo éxito, Kevin Owens es la constante promesa de un segmento bien llevado), otros algo aburridos y algún que otro que posiblemente te haga preguntar qué estás haciendo ahí. Lo más probable es que al final de la noche te retires satisfecho, y gran culpable de esa realidad es el hecho de que WWE suele tomarse la molestia de asegurarse de brindar luchas de trascendencia antes de bajar el telón.

Un buen main event siempre debe servir como carnada para enganchar al espectador. Puede ser que a veces WWE abuse de este recurso repitiendo combates hasta el cansancio. Dicho esto, es preferible ver una buena revancha versus un combate primerizo que derroche indiferencia, justamente uno de los grandes pecados que AEW comete de tanto en tanto en su exagerada búsqueda por no repetir enfrentamientos, aún teniendo a su disposición una infinidad de talentos de renombre.

4) Menos es más (en algunos aspectos)

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Otro patrón que marca cierta molestia es cómo los élite rompen el llamado kayfabe constantemente, reconociendo que la lucha libre es un show guionizado y predeterminado.

Una de las críticas más sonadas que AEW recibió, especialmente en sus inicios, era el «estilo indy» llevado al mainstream que pregonaba. Detalles como la intervención ilegal de los mismos árbitros, la omisión de los tags o de las cuentas, o bien el escaso selling en los movimientos para priorizar un ritmo endemonizado hacían que los más puristas se arrancaran los pelos por la fuerza. Con el tiempo esas exageraciones se fueron apaciguando hasta llegar a un punto más neutro.

Aunque el estilo luchístico y su velocidad es un punto subjetivo, es verdad que en un principio esa adrenalina se veía en demasía y podía resultar agotador dada la poca variedad de estilos que se presentaba. Al paso del tiempo aquella brecha disminuyó, pero surgieron otras problemáticas, si se pueden ver con esos ojos: puede que por momentos AEW vaya muy lejos al entremezclar storylines o miembros de grupos. No es extraño que al perderse un episodio, hayan ocurrido tantas cosas que a la siguiente semana uno se encuentre perdido (un aspecto es algo que WWE también cuida quizás demasiado. La típica crítica de que va a lo fácil, a la fórmula de siempre y a no salirse de su molde).

Otro patrón que marca molestia en un sector de la afición es cómo los élite rompen el llamado kayfabe constantemente, reconociendo permanentemente que la lucha libre es un show guionizado y predeterminado. No directamente, claro, pero sí mediante bromas e indirectas que así lo sugieren. Algo que ven como una forma de «no insultar a la inteligencia» de su base de aficionados, aunque es cierto que por momentos nos puede llegar a sacar del contexto.

3) La producción + el marketing

Cody Rhodes haciendo su entrada en un episodio de Monday Night Raw.

Las promos previas a los eventos y los combates. Los ángulos de cámara. Los sets monumentales. Las transiciones. El sonido. La pirotecnia. El sentido de espectáculo. Lo natural que fluye todo. WWE es en la producción una de las mejores empresas de entretenimiento del mundo. Podemos dar con varias cosas que resultan molestas, tales como las animaciones, los sonidos adicionales, los miles de cortes de cámara por segundo o lo robótico que se antoja por momentos el personal de anunciadores. No obstante, por lo demás no hay crítica que valga.

Y como no podía ser de otra forma, también permítannos hacer una especial mención al poder de marketing. Una de las grandes áreas responsables del crecimiento económico/financiero, que justamente va en contramano con un momento donde los ratings simplemente se mantienen cuando es que no van en baja, fruto del declive televisivo y la oferta, pero también de un producto no tan atractivo como el de otras épocas. WWE sabe cómo posicionarse en el mercado, y por más que no se haya hecho una buena fama, parte de la culpa la ha tenido el Presidente Nick Khan y su equipo de especialistas.

2) La división femenil

Asuka vuelva a WWE en abril de 2022 para rivalizar con Becky Lynch
Asuka vuelva a WWE en abril de 2022 para rivalizar con Becky Lynch

La división femenil de AEW es el punto flaco de la compañía, de eso no hay duda. Que ha mejorado en los últimos tiempos es verdad. Que todavía tiene un largo recorrido por delante, también. Y eso nos conduce al siguiente planteo: ¿Está haciendo Tony Khan todo lo posible para revertir esa realidad? Creemos que la respuesta no tiene base de discusión. Para nosotros es un sólido no.

Semana a semana somos testigos de no más que uno o (como mucho) dos combates femeniles, alguna que otra promo rápida y poco más. Rara vez vemos variedad de estipulaciones o de historias bien desarrolladas. Toda una ironía supone que AEW presente con cierta frecuencia luchas estelares femeniles, cuando la verdad es que se trata de una máscara que busca ocultar las deficiencias, pues por lo general no suelen atraer el interés del espectador. Repetimos, principalmente debido a la falta de atención y desarrollo en los personajes y las historias.

Britt Baker (D.M.D) cargó por tanto tiempo sin rivales que fueran presentadas a su altura que inevitablemente ha perdido mucho de su brillo. Quien ha subido peldaños ha sido Jade Cargill, la Campeona TBS, que a pesar de su inexperiencia ha sido una sólida generadora de ratings. Sin ellas dos, Thunder Rosa ha sido lo más cercano a una estrella, pero su manejo como Campeona ha sido de lo más pobre que se mostró en mucho tiempo. En fin, mucho por mejorar y pulir. WWE, en su eterno espiral de maltrato hacia su división femenil por duplas y sin ser perfecta en la consolidación de nuevos nombres, mira desde muy arriba.

1) WrestleMania

Steve Austin aplica el Stunner a Austin Theory frente a Vince McMahon en WrestleMania 38
Steve Austin aplica el Stunner a Austin Theory frente a Vince McMahon en WrestleMania 38

WrestleMania fue, es y será siempre lo que hará de WWE la empresa más grande del mundo, salvo, por supuesto, una catástrofe. Sin ir más lejos, fue lo que hizo a la World Wrestling Federation el fenómeno mundial en el que se convirtió por allá a mediados de los 80, cuando Vince Kennedy McMahon adquirió la promoción de manos de su padre y los demás accionistas bajo la promesa de que les pagaría lo adeudado tras el evento. De haber sido un fracaso, la historia hubiera sido muy diferente.

«La Vitrina de los Inmortales» fue la apuesta a todo o nada de un visionario que vio cómo el negocio de la lucha podía ser mucho más que una división de territorios limitante. Salió de la comodidad y se arrojó a las profundidades del mar para «nadar o hundirse», poniendo en juego las décadas de reputación de la empresa familiar. Desde entonces, el show ha ido creciendo a pasos agigantados, llegando al punto de ser un fenómeno popular norteamericano que excede a la industria en sí, con la particularidad de que continúa agigantándose sin ir en sintonía con la actualidad de una compañía que cada vez decae más en popularidad.

WrestleMania es una marca aparte de WWE. Una marca que la engrandece y le suma puntos extra cada vez que un oficial se sienta a negociar un acuerdo. Algo que se puede intentar replicar pero que no será posible al largo plazo, pues por más que WCW quiso hacer algo similar con Starrcade o New Japan Pro Wrestling con Wrestle Kingdom, las distancias siempre fueron salvajes. Y AEW podrá intentarlo, pero probablemente le lleve 38 años para alcanzarlo.

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